Pierina Noriega: “Me arriesgue, no sabía si me iba ir bien o mal, pero sabía que era algo que me iba a hacer feliz y que hacía feliz a mi corazón”
Por: Fabiola Vargas
Realización: Mayra Morales
Fotos: Manuel Palacios
Lectura: 5 min
Pierina Noriega es una bailarina peruana que desarrolla su arte en la escuela de baile D1, también es parte de YinYang crew donde baila hip hop, house y breaking.
Desde el colegio, Pierina demostraba sus habilidades en la danza, armando distintas coreografías para las actuaciones escolares. Sin embargo, con el paso de los años se dio cuenta que este hobby, se convertiría en una de las pasiones más importantes de su vida.
Pierina se siente orgullosa de lo que ha logrado hasta el momento, y le encanta compartir sus conocimientos con otros jóvenes que tienen ese mismo gusto por el baile. Conoce más sobre el camino que tuvo que atravesar para llegar a posicionarse en la industria del baile local.
La vida es un baile
SH: La mayoría de nuestras aficiones nos acompañan desde que somos pequeños ¿Cuál es el primer recuerdo que tienes de ti bailando?
Bueno, cuando yo era chiquita me gustaba mucho Michael Jackson. Es más, grababa todos sus videos en VHS y los veía mil veces, y desde ahí creo que ya me entro el bichito del baile, siempre me aprendía las coreografías de Britney Spears y le hacía un show a mi mamá, me aprendía la coreo y después de una semana, le hacía un show a mi mamá y a toda mi familia con vestuario y todo, accesorios, elementos y cosas así.
Entonces creo que, desde chica, ya me gustó el tema de ser artista, ...Y luego de eso, no sé, me di cuenta de que me gustaba mucho el baile, y en el colegio siempre hacía las coreografías en las actuaciones. Y claro, luego de eso ya cuando empecé a tomarlo de manera profesional, entre a D1, pisé el escenario y fue donde me enamore del baile hace casi como 10 años.
SH: Vienes bailando por muchos años, ¿En qué momento sentiste que se volvería tu profesión?
Yo cuando salí del colegio tenía el sueño que quería ser fotógrafa profesional, hasta en el proyecto de vida lo dije. Así que, estudie fotografía un par de ciclos en el Centro de la Imagen.
Después de salir del colegio en el 2009, en el 2010 me tome como un año sabático, para ver que iba hacer con mi vida. Hice ese año sabático, me metí a estudiar danza a D1 como un hobbie, como algo pasajero y al siguiente año me metí a estudiar fotografía, y a la par estaba en D1, y dije entro a estudiar fotografía y chao baile, porque quiero centrarme en las fotos. No sucedió (ríe) porque ese año que estuve en D1 y los shows que tuve, el escenario me hizo enamorarme del baile.
No pude dejarlo y luego de eso me di cuenta, que estuve más metida en el baile que en la fotografía. No es que, no me guste la fotografía y pienso retomarlo en algún momento, pero claro, mi prioridad de una u otra se volvió el baile. Entonces, tuve que tomar la decisión de dejar la foto, para dedicarme 100% al baile, esperando que mis esfuerzos den frutos, y claro fue un largo camino, porque al año o dos años, fruto, fruto no es que veas tampoco, pero creo que fue una de las decisiones más bonitas y más importantes que he tomado. Y si, el baile es como uno de mis amores de la vida, estoy agradecida por todos estos años que he venido bailando, las experiencias que creo que muchas personas no han podido vivir, y que solo los artistas y bailarines entendemos de una manera mágica y diferente.
La danza también me ha dado una familia, he conocido personas maravillosas de todos lados. Y que si no me hubiera dedicado al baile, no hubiera conocido a las personas que están en mi vida y que van estar para siempre.
D1 es A1
SH: ¿Cómo ha sido tu experiencia trabajando para el equipo de D1?
Bueno, yo en D1, entré hace 10 años, más o menos en el 2009. Pero, entré como alumna, y claro, fue un largo camino para ser parte de D1, porque era alumna pagante. Después de dos años, entré al elenco de la escuela, entre los alumnos más destacados, y luego de eso, al entrar al elenco se me abren muchas puertas.
Pude estar en la compañía un tiempo, pertenecí a varios grupos que se formaban en D1, YinYang que sigo siendo parte, y luego, me dieron la oportunidad de ser profesora en la escuela. Después de 4 años, como que me abrieron un cursito ahí, en las mañanas y luego más adelante, me dieron mi curso por las tardes.
Para mí, fueron sitios correctos en donde tuve que estar para ser una artista, es mi casa, me ha formado desde que comencé, y me ha dado muchas oportunidades, muchas experiencias, la gente de D1 es A1, o sea la gente que trabaja ahí es increíble. Vania Masías y su visión es alucinante, y fuera de todo, lo que más me gusta de esta escuela, es que no es una escuela normal, no es solo un estudio de baile.
D1 en sí, es una asociación cultural, entonces todo lo que entra a la escuela, aparte de los gastos de la escuela, la mayoría va para la asociación, crear espacios gratuitos para jóvenes en distintas zonas de alto riesgo de delincuencia, Les da este espacio gratuito, para que ellos puedan empaparse de arte, de danza, y que puedan ellos saber que son capaces de hacer, lo que ellos quieran hacer. Para que ellos en algún futuro puedan replicar lo aprendido y eso es lo que a mí me interesó más de la asociación, es por eso que llevo tantos años ahí, porque hace un cambio social súper grande.
Y es alucinante ver el cambio. El impacto que puedas crear en las personas desde el día uno que entras a sus vidas, es increíble. Eso, es lo que más amo de trabajar en D1, ¡Es alucinante!
SH: Cuéntanos un poco sobre “Av. Larco”, La Película ¿Cómo te sentiste al ser parte de un elenco tan importante? ¿Qué tan diferente es la experiencia de bailar en vivo versus la de danzar para un rodaje?
Bueno, esta experiencia fue alucinante. Yo llegue el año pasado al rodaje de “Av. Larco”, yo iba ser parte de la obra que se hizo en el teatro Julieta, sino me equivoco, y en plenos ensayos, me rompí el menisco y no pude ser parte, a puertas de estrenar. De verdad, fue una pena, pero gracias al cielo salió esta oportunidad de que al siguiente año, iban hacer la película de la obra y me llamaron, fue una experiencia alucinante. O sea, días de grabación completo, madrugadas, que te peinen, que te maquillen, que te den tu vestuario, grabar ochenta mil veces y después de meses, años, o un año creo que fue, ver el resultado en pantalla grande fue alucinante, ir con toda mi familia al cine, ver la película, fue locazo.
Y la diferencia de bailar en vivo versus danzar en un rodaje, creo que en vivo... es la adrenalina que sientes en el momento, de ir al escenario y es una vez, en donde dejas todo en el escenario, a menos que estés en algo que es repetitivo. En cambio, en un rodaje creo que igual tienes varias oportunidades para hacerlo, porque grabas ochenta veces una sola escena del baile, y claro, si algo sale mal debes que volver a grabar, y volver a grabar, y son madrugadas extensas...
Creo que, en eso se diferencia mucho en la adrenalina en uno y en el otro, pero son igual de emocionantes, pero como digo cuando bailas en vivo, en un escenario, es lo que se deja ahí en el momento y en cambio en un rodaje lo haces mil y un veces, para que salga todo perfecto, todo excelente.
SH: ¿Cómo nació el YinYang Crew Perú?
En sí, ...es un grupo que el fundador es Michael Grijalva, que es uno de los mejores bailarines de acá de Perú, para mí y para muchos, y aparte es uno de mis hermanos. Y, bueno yo cuando comencé en D1, tomaba clases de Michael, de hip hop y después de house, pero las de hip hop las tomaba con él. Y él comenzó, en verdad como un entrenamiento, se juntaban en un salón para entrenar y bailar libremente, para bailar house, hip hop, breaking, y poco a poco se fue sumando más gente.
Y llegó el momento en que me invito a mí, y me dijo: Oye si quieres, baja a entrenar, estamos entrenando house, hip hop, breaking, y puedes meterle lo que quieras... Entonces, empecé a ir y obviamente al comienzo no sabía qué hacer, como que me daba roche. Fuimos quedando algunos, los fijos, y para mi es mi familia. Son mis hermanos, con ellos he vivido experiencias increíbles. Ya llevamos 8 años desde que se inició YinYang Crew. Es un grupo de gente que hacemos breaking, house y hip hop, hacemos free style, de esos tres estilos. Lo que hacemos es ir a batallar, nos juntamos, entrenamos esos tres estilos siempre.
SH: ¿Qué estilo de baile disfrutas más y cuál no te atreverías a enseñar?
Es un poco difícil, creo que me gusta de todo. Me gusta mucho el street jazz, el house, hip hop, esos son los estilos que más domino. ¿Y, cuál no me atrevería a enseñar? En verdad, creo que para enseñar tienes que tener un conocimiento previo grande, tienes que estudiar el estilo muchísimo, para poder ser capaz de enseñarlo. Creo yo que los estilos que hago, el hip hop, el house, el street jazz, los he estudiado por varios años, y he llevado muchas clases de eso. Aparte de tomar clases los he estudiado, he buscado información de cómo nació el estilo, súper importante, y por eso, puedo enseñar este estilo ¿no?
Yo creo que, en verdad, uno es capaz de enseñar el estilo que se proponga, no es que no me atrevería enseñar un estilo en especial. Creo que sí tendría que estudiar muchísimo, por años, y dedicarle un tiempo bastante grande para yo sentirme en la capacidad de poder enseñar un estilo.
SH: ¿Qué recomiendas a los chicos que quieren dedicarse al baile?
Les diría que no tengan miedo a lanzarse a la piscina, muchas veces la gente no hace las cosas que en verdad quiere hacer, lo que ama y hace feliz a su corazón por miedo, al que dirán, a los prejuicios. Por miedo a si no saben si les va ir bien o mal, si van a ganar plata o no, es un montón de cosas que revolotean en la cabeza.
Yo me arriesgue, me lance a la piscina, no sabía mucho si me iba ir bien o si me iba ir mal, pero sabía que era algo que me iba hacer feliz y que hacía feliz a mi corazón. Me hacía feliz, me movía, me arriesgue, me tire a la piscina, y he sido feliz por mucho tiempo, y sigo siendo feliz haciendo lo que amo, que es el arte, que es la danza. Que es el impacto que puedo, y que pueden los artistas causar en las personas para que ellos también decidan ser felices, dejando de lado lo que te diga la sociedad, los prejuicios y el qué dirán.
Mi consejo más fiel y por experiencia propia sería que se arriesguen, que se lancen a la piscina y que sean felices, que hagan lo que hace feliz a su corazón. Es muy difícil encontrar eso, si encuentras lo que te hace feliz, no lo dejes ir, arriésgate y tenlo contigo para siempre.
El ejemplo de perseverancia y esfuerzo constante de Pierina, nos enseña que a veces hay que arriesgarnos para cumplir nuestros sueños y que debemos luchar por lo que nos hace felices.